Argentina Ying es  hija de Doña Olga Bergantiño de Ying  y de Don Ricardo Joaquín Ying Hernández.  Llegó a Miraflores siendo una bebé de meses y aquí creció  junto a sus hermanos:  Nereida Ester y Ricardo Joaquín. 

​

Argentina es bióloga, investigadora y profesora en la Facultad de Medicina de la  Universidad de Panamá desde donde ha realizado innumerables investigaciones y publicaciones en relación a enfermedas como el dengue y el mosquito aedes aegypty, la enfermedad de chagas, y otros insectos. Entre sus muchas publicaciones destacan “Nuevas Propuestas para el Control del Dengue” del 2010 y “Desfíos del Agua Urbana” del 2015.  También ha ocupado cargos importantes como el de Directora del Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, Consultora de la Organización Panamericana de la Salud, Coordinadora del Programa Centroamericano de Maestría en Entomología, Directora de Investigación y Posgrado. 

​

La Profesora Ying es miembro del Consejo Consultivo de la Ciudad del Saber, Comité Científico Técnico del Centro Internacional para el desarrollo sostenible (CIDES), es miembro de la Directiva de la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia, Presidenta del Comité Nacional de Bioética de la Investigación (Mnisterio de Salud y Senacyt) y del capítulo de Panamá de 500 científicas (500 Women Scientist), un grupo de mujeres de todo el mundo que busca dar voz colectiva a las mujeres en la ciencia.

​

Genti, como cariñosamente le llama su familia, tiene dos hijos,  Luis y Laura Turner Ying y dos nietos.  

​

Ver su hoja de vida aquí.

​

 

 

 

 

 

 

 

PALABRAS DE LA PROFESORA ARGENTINA YING AL RECIBIR LA DISTINCIÓN.

 

Buenas noches

Sra. Analina Giraldez Legendre, Presidenta de la Asociación Pro
Mejoras de Miraflores y demás miembros de la Junta Directiva.

Maestro Carlos Alexander Guevara, director de la Orquesta de
Cámara del Istmo, vecinos de Miraflores, familiares y amigos que
me acompañan.

No tengo las palabras exactas para expresar mi gratitud a la Asociación Pro Mejoras de Miraflores, y sus colaboradores: la Parroquia de San Antonio de Padua y la Orquesta de Cámara del Istmo quienes prestigian este acto de reconocimiento , con el que me honran el día de hoy.

​

Con mucha humildad recibo este homenaje , aunque no puedo negar el regocijo íntimo que siento, porque este reconocimiento proviene de la comunidad a la cual pertenezco, la que respeto, y aprecio por su legado cultural. También tengo que mencionar lo orgullosos que estarían mis padres Olga y Joaquín por este reconocimiento. Ellos me enseñaron que la constancia, la responsabilidad y el esfuerzo daban sus frutos, que dar la milla extra es una forma de compromiso con la sociedad. Por eso este homenaje lo entrego con amor a mi familia, mis hermanos, mis hijos y nietos.

Llegué a la Urbanización Miraflores muy chica, cuando solo teníamos de vecinos cercanos a la Sra. Chola Botello (Clotilde López de Botello) y la Sra. Magda, (Magdalena de Hernández); la calle era de piedra, estábamos rodeados de árboles, una preciosa laguna con lagartos y la frecuente visita del ganado de la finca de Domingo
Díaz. Con el tiempo fuimos teniendo nuevos vecinos y observando la evolución y el desarrollo de la barriada, producto de las luchas de sus fundadoras, pero sobre todo creciendo como persona por el privilegio de estar rodeada de educadores que predicaban con el ejemplo. Hicimos vida comunitaria.

 

Aquí aprendí a nadar en la laguna, primero dando un pequeño impulso hasta el palito y luego hasta los tres palos. Jugué beisbol, el escondido, canicas , juegos de mesa con los Díaz que fueron mis compañeros de vida. Hice la primera comunión con la guía y catequesis de la Señorita Leoncia Iriarte , quien nos atendía en su casa.

Los dos primeros años de escuela primaria los hice en la escuela Gil Colunje en la que mi madre era maestra. Ella pronto se percató que no era lo mejor para mí, porque mis calificaciones podrían percibirse como tráfico de influencia y me cambiaron a la Escuela Estados Unidos, por el consejo de la Sra. Chola que era maestra en esa escuela. Quizás este fue mi primer contacto directo con la ética, la declaración de conflictos de intereses y la transparencia en mi formación.

En Miraflores aprendí a rendir honor a la patria. Todos los 3 de noviembre íbamos a izar la bandera cantando el himno nacional , aprendí que había que tener solidaridad con los que menos tienen porque vi a la Sra. Magda, la Sra. Chola, Sra. Elena Del Valle y Doña Jilma de Lasso, entre otras, dar su tiempo preparando a jóvenes para enfrentar la vida en mejores condiciones , en la escuela laboral. O sea otro aprendizaje de solidaridad, valores éticos y morales.

 

Aprendí a valorar la vida en comunidad, viví las ligas de baloncesto organizadas por el Sr. Vivar. Participé en las procesiones de San Antonio llevando un estandarte y también pertenecí al coro de la Iglesia bajo la conducción de la profesora Sivia Paz, conocida cariñosamente como Machi. Estas prácticas requerían responsabilidad, puntualidad y aprender a trabajar en equipo, lo que reforzaba la enseñanza que recibía en el hogar y la escuela.
 

Ustedes dirán que no se requiere vivir en Miraflores para haber recibido estas enseñanzas, yo les digo que la diferencia es que esto se daba en una urbanización integrada por educadores, que si se quiere, era una escuela permanente fuera del aula, un currículum oculto. En cada hogar vecino había un maestro, que proyectaba respeto, autoridad y sabiduría. Ese currículum oculto, me fortaleció como profesional, porque me dio principios sólidos, y la aspiración permanente de querer ser mejor persona, con miras a que mi familia , nunca tuviera nada de que avergonzarse.
 

Puedo concluir que he recibido tanto de Miraflores, que siento que estaré siempre en deuda con mi barrio . Violeta Parra dijo: "¡Gracias a la Vida que me ha dado tanto!".  Yo les digo: "¡Gracias a Miraflores que me ha dado tanto!"

​

Profesora Argentina Ying

16 de julio de 2022

al recibir la distinción como "Mirafloreña Ilustre".

​

​

​